12 de Abril de 2017 | Notas

8 claves para mantener conversaciones difíciles

En muchas oportunidades y en distintos entornos, los seres humanos nos encontramos en medio de situaciones complejas que requieren que necesitemos afrontar conversaciones difíciles, y no sabemos bien cómo empezar y desarrollarlas. 

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En este artículo conocerás una serie de claves esenciales para que podamos mantener esos intercambios que suelen ser una traba importante para las personas, ya que cuestan un poco e inquietan bastante.

  1. Preparar la conversación. Para poder llevar adelante conversaciones difíciles, se necesita prepararse internamente. Cualquiera que sea el motivo por el que se vaya a afrontar esa situación, es importante estar en nuestro eje, centrados, tranquilos y serenos. La preparación incluye el pensar y diseñar el antes, durante y después, los argumentos, los escenarios alternativos de resolución, los enfoques de la charla y la forma de hacer tangible el resultado que se obtenga.
  2. Ser asertivos. La serenidad y tranquilidad de la primera clave son una condición esencial para poder ser más asertivos y lograr así, encontrar el tono justo de la conversación. También es fundamental prestar atención a las expresiones faciales y de nuestro cuerpo (comunicación no verbal); es requisito encontrar aquellas apropiadas para lograr comunicar prácticamente sin ruidos ni distorsiones lo que queremos expresar hacia la otra o las otras personas.
  3. Hacer foco en el resultado. Además, al estar tranquilos, es posible enfocarse internamente en el objetivo final de lo que se quiere transmitir, y, desde allí, articular todo el proceso de comunicación.
  4. Plantear escenarios alternativos. Buscar un plan A, B y C permitirá moverse entre las distintas opciones, en el necesario proceso de negociación de aspectos claves. Al tener los escenarios prediseñados, es más factible acceder a un buen punto intermedio. Hay que recordar que en cualquier negociación ambas partes deben estar conscientes que cederán algo, si existe voluntad de arribar a un acuerdo.
  5. Hacerse cargo de la comunicación. Es muy importante que en todo momento podamos apoderarnos de la comunicación. Esto significa que en vez de utilizar “el dedo acusador” hacia las demás personas y que esto no se nos vuelva en contra, es recomendable hablar siempre de uno mismo. Expresar los argumentos en primera persona con expresiones como, por ejemplo, “lo que yo siento”, “la forma en que esta situación a mí me impacta”, “desde mi perspectiva” o “desde mi punto de vista” marcan contexto frente a la otra parte, y define desde qué espacio se está operando el hecho comunicacional. Esto no significa ser egoístas: significa enfocarse en lo que se está percibiendo desde la posición de quien comunica. De esta manera, los otros podrán captar rápidamente que lo que estamos diciendo no es en contra de ellos, sino que tiene que ver con la forma en que nos impactan determinadas situaciones que llevan adelante. Nuevamente, es requisito hacerse responsable de los dichos al ciento por ciento.
  6. Chequear lo que interpretamos y si nos han entendido. Durante conversaciones difíciles tendemos a dar por sentado que lo que estamos diciendo ha sido efectivamente recibido, sin ningún tipo de distorsión, lo que podría significar un gran error tanto en la interpretación que las otras personas puedan hacer de lo que nosotros estamos diciendo, como de las cosas que dijeron las demás personas y que nosotros quizá no las interpretamos correctamente.
  7. Recapitular por partes para sacar conclusiones. Es aconsejable ir pasando en limpio todo el tiempo los pequeños pasos que se van dando durante la conversación, porque es frecuente olvidarse de retomar y dejar en claro cada punto.
  8. Formalizar el acuerdo. Si el tema difícil lo requiere, hay que dar por finalizada la conversación con un acuerdo de partes, donde se registre, por escrito -no verbalmente- todo lo que se ha acordado.

Estas claves nos servirán para mantener todo tipo de conversaciones, y, especialmente serán de gran utilidad para afrontar aquellas conversaciones que nos disgustan o que tienen cierto nivel de dificultad. Lo más importante es que siempre se tenga en cuenta que, cuanto mejor se ejerza la comunicación, mejor será el resultado que se obtendrá.

 

Por Daniel Colombo

Coach especializado en alta gerencia y profesionales; escritor y comunicador profesional
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