26 de Agosto de 2015 | Notas

De la teoría a la acción

En un país gobernado por el corto plazo, hace falta una mirada de largo alcance para planificar el futuro. En ese marco, LA NACION organizó el encuentro "Pymes, el motor del desarrollo", que tuvo por objetivo ser un llamado a la gestión: innovar, producir, conectar y exportar fueron algunos de los preceptos abordados.

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Innovar permanentemente; no creerse Highlander y dar lugar a las nuevas generaciones; pensar en el mundo como mercado; ser productivo y optimizar los tiempos personales y de la empresa; apoyarse en las fortalezas del producto y de la marca; producir con valor; no sobrevivir, sino arriesgar; luchar contra contextos adversos de inflación, cepos, falta de inversiones y ausencia de infraestructura. Éstas fueron sólo algunas de las 50 conclusiones a las que arribaron emprendedores y especialistas en pymes, quienes compartieron sus ideas sobre el arte de hacer negocios en la Argentina, en el marco del encuentro "Pymes: el motor del desarrollo", organizado por LA NACION en el Malba y del cual participaron más de 300 empresarios pyme.

Es que el rol de las pequeñas y medianas empresas en la economía no está en discusión. Son el 96% de las 520.000 empresas que hay en el país y generan el 45% del empleo. Sin embargo, tendrán que sortear distintos obstáculos para lograr ser jugadores clave en la construcción del futuro. Porque, además de estar sumergidas en un alto nivel de informalidad, aún son sólo el 4,6% de las exportaciones argentinas y apenas el 26% se financia con créditos bancarios. Ésta fue la radiografía que expusieron Silvia Torres Carbonell, directora del Centro de Entrepreneurship del IAE; Marcelo Elizondo, director de la consultora DNI, y Dante Sica, titular de Abeceb.

"Los cambios disruptivos están mutando la forma en que hacemos todo y son las pymes las que tienen la posibilidad de ganar nuevos lugares", disparó Torres Carbonell. En la misma línea, Sica resaltó una de las fortalezas de este tipo de firmas: "Tienen la agilidad para adaptarse a los cambios, mientras que las grandes compañías son transatlánticos a los que les cuesta dar la vuelta".

Pero, ¿cómo lograr que las pymes tengan peso propio a la hora de exportar? Mientras que en la Argentina no llegan al 5% de los envíos, en países desarrollados son el 30% o 40%. "Eso requiere un contexto macroeconómico más favorable y esfuerzos propios", evaluó Elizondo.

Por su parte, Fernando Moiguer, economista especializado en branding y profesor en la Universidad de San Andrés, adelantó lo que viene: "Cuando la economía argentina vuelva a abrirse, va a rebotar. Los emprendedores más inteligentes podrán aprovecharlo, el resto quedará en el camino".

Fue entonces el momento de bajar a tierra las ideas y definir qué es innovar. "La innovación muchas veces puede ser simple y concreta, por ejemplo, en los procesos, en la mejora de productos o en la gestión de la organización", dijo Andrés Hatum, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella

Con todo, son numerosos los emprendedores locales que, contra viento y marea, lo arriesgan todo y buscan patear el tablero. Por el Malba pasaron cuatro ejemplos. Francisco Murray relató la historia de cómo se puede reinventar un clásico como la alpargata para convertirlo en un producto con diseño y calidad de exportación. "El mercado es el mundo y hoy la rentabilidad está fuera del país. Queríamos ser una empresa global y no sólo una compañía argentina que exporta", remarcó.

Otro caso ciento por ciento argentino que conquistó el mundo es Smilehood, la productora local que creó la serie animada "Plim, Plim", que llega a 44 países. "Sabíamos que a nivel técnico no íbamos a ser Pixar, pero que el modo de diferenciarnos podía ser el contenido", dijo, realista, Guillermo Pino, creador del payaso. Pero si de producir se trata, el de Antonio Dimare es un caso alentador. Fundó una compañía que fabrica juguetes, lanzó la marca Blocky y compró Rasti, que la llevó a la fama. Hoy, son cinco los hermanos (sus hijos) los que se reparten el juego. "La década del 90 nos hizo olvidar a todos de la fabricación. Pasar de un bando a otro fue una crisis", recordó Gabriel, uno de los sucesores, sobre aquel período en el que mutó a la importación.

Por último, Daniel Jejcic contó cómo debió ir contra el mandato familiar de ser gerente de una multinacional para seguir su intuición y crear GoodPeople, un sitio de e-commerce de productos para deportes extremos, su verdadera pasión. De eso se trata.

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Fuente: La Nación

Por Ignacio Federico

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