No sólo los juguetes sin certificación son riesgosos para los niños, sino que existen otros productos relacionados a la Navidad que podrían empañar estas fiestas. Lenor SRL, uno de los más importantes laboratorios de ensayos de seguridad de juguetes nos acerca estos consejos para tener una Navidad Segura.
En búsqueda de exprimir cada centavo al máximo, nos encontramos con comercios informales, que, según un informe de la Cámara Argentina de Comercio, ascienden a 2.827 puestos en la ciudad de Buenos Aires, lo que representa un aumento del 3,4% respecto a octubre y de casi un 56% en términos interanuales. Es decir que tenemos muchas opciones de estas características.
Es por eso que tenemos que estar atentos y verificar que los productos que nos venden, desde cualquier canal, cuenten especificaciones básicas, para que lo barato, no nos termine saliendo más caro.
En lo que refiere al armado del árbol de navidad, las luces que año a año surgen con nuevos modelos, diferentes funciones y de distintos tipos como las comunes, led, entre otras. Los árboles de navidad se cargan con decoraciones y productos plásticos que además están ubicados en sitios con poca ventilación. Toda esa combinación que parece tan inocente resultaría fatal si se produce un cortocircuito, lo cual podría desembocar en un árbol incendiado.
De esta manera, lo primero que el consumidor debe identificar al comprar estos artículos es el Sello de Seguridad del Producto. Este sello debe estar en el packaging del producto y en la ficha, lo cual significará que ésta también está certificada. Si el producto está certificado, se asegura que pasó por una serie de controles y ensayos de seguridad, es decir que no debería generar cortocircuitos ni tener elevaciones de temperatura máxima fuera de lo normal.
En cuanto a los regalos, nos encontramos con juguetes y productos electrónicos para los más chicos.
En los productos eléctricos, se ensayan las fuentes y existe una certificación obligatoria de productos electrónicos que lo exige, por eso, lo primordial es buscar la etiqueta antes mencionada, la cual avala que está regulado y el consumidor está a salvo.
Respecto a los juguetes, el negocio en la Argentina mueve algo menos de $ 400 millones al año, una cifra que crece sobre todo por el efecto inflacionario, y que al momento de decidir su compra, sea la marca que sea, y por cualquier canal, debemos estar comprometidos en ver ciertas indicaciones.
Éstos también se certifican, por estar destinados a un consumidor sensible, como son los niños. Es por eso que son sometidos a rigurosas pruebas de seguridad, tanto en aspectos mecánicos como químicos
Por este motivo, es que se realizan análisis toxicológicos de los materiales y pinturas, relacionados con la presencia de metales pesados tales como; plomo y cadmio por ejemplo. Dentro de los testeos químicos también se exige la cuantificación del contenido de ftalatos, un plastificante que hace que el material sea flexible y comúnmente se encuentra dentro del PVC. Con estos ensayos se corrobora que no migre ningún componente tóxico ya que muchos niños pequeños y bebés se llevan los juguetes a la boca y puede ser peligroso para el menor.
Así, al momento de comprar un juguete el primer paso es observar que lleve la etiqueta de seguridad que avala que ese producto ha pasado por los controles de seguridad, esa es la primera garantía. No solo se verifican los componentes tóxicos que pudiera tener el juguete, además, se simula el uso razonable previsible que le daría el niño, por ejemplo; si el juguete está dirigido a menores de 3 años, se verifica que éste no posea o no desprenda piezas pequeñas que podrían provocar asfixia en el menor.
El segundo paso, consiste en elegir un juguete según el rango de edad, esto también se observa en el marcado del embalaje principal, como así también los cuidados e instrucciones que se deben tener en cuenta al utilizar el juguete, evitando accidente por usos indebidos.
Por otra parte, el mayor cuidado se debe tener con la mercadería que no entró por los canales oficiales o formales de comercialización ya que en ese caso, no estará certificada ni asegurada su seguridad. Sucede por ejemplo, con juguetes a pila que deben llevar un medio de fijación, como puede ser un tornillo que mantiene las pilas lejos del acceso del niño por tratarse de un ítem como compuestos químicos. Si no tiene tornillo, no se debe adquirir.
Asimismo, existen ensayos de ruidos, que la norma regula, para que posea un máximo de decibeles que no sea nocivo para el niño y afecte su audición. De igual manera, se testean las partes textiles (como en disfraces, cabellos de muñecas y osos de peluche) para evitar que, en caso de estar en contacto con una chispa o encenderse el fuego, éste se expanda.
De esta manera, es importante destacar por la tranquilidad de todos los consumidores que Argentina es pionera en toda la región en regulaciones de productos y así países como Ecuador, Chile y Uruguay, comenzaron a imitar estas certificaciones, porque en definitiva lo que se exige es cuidar la salud de la población.
Fuente: Lenor SRL