El 29 de octubre se llevó a cabo un Observatorio Temático de Diseño Industrial acerca de “Jugar con diseño”, organizado por la Facultad de Diseño y Comunicación.
El diseño industrial es una disciplina que abarca un amplio rango de rubros industriales donde se desarrollan productos que interactúan con usuarios y su entorno. La demanda del mercado diversificó las funciones en las cuales los diseñadores industriales dan cuenta de la eficacia de su intervención. En la Argentina, las empresas fabricantes de juguetes conforman un rubro histórico en la industria nacional que ha podido sobrevivir a los diversos procesos socio-económicos del país. El éxito de su supervivencia radica en la posibilidad de implementar diseño para poder innovar en un mercado globalizado y cada vez más competitivo.
La primera charla se tituló: “Pequeños usuarios, como diseñar para niños”, y estuvo a cargo de Gabriel Minutella, Representante de Plásticos Carin. “Los juegos de bloques son tan exitosos porque sus fronteras creativas son aún más lejanas. Un juguete lindo con luces, pilas, sonido, tiene ciertas limitaciones. Sin embargo el juguete que permite crear tiene barreras mucho más amplias y permiten una dinámica e interacción lúdica extensa”, comenzó.
Minutella explicó que el desafío es diseñar juguetes para un usuario diferente, para chicos. “Las producciones de Carin oscilan entre los 200 mil y 3 millones de unidades. El fracaso de un producto es muy notorio, por eso debemos estudiar al usuario y su entorno, que tiene una carga cultural que comienza a asimilar y lo refleja en sus juguetes. A medida que los niños crecen van adquiriendo limitaciones que tienen que ver con el contexto las normas de la sociedad en la cual viven”.
Luego tomó la palabra Pablo Endler, Socio Fundador de Yeah! Toys para hablar acerca de “Los sueños son sueños hasta que te despertás y los realizás”, quien dio tips para emprender en este rubro: investigación; elegir un compañero de ruta antes que el destino, estar 100 por ciento motivados; estar convencidos de lo que se hace; elegir tutores, gente de confianza que pueda ser consagrada en alguna industria; aprovechar el financiamiento a nivel nacional y a nivel latinoamericano.
Continuaron Daniel Dimare, Director de Marketing y Comunicación Institucional y Gabriel Dimare, Director Comercial y responsable de Diseño y Desarrollo de Dimare, quienes expusieron sobre “Diseñando juguetes pensando en niños y adultos: El caso RASTI”.
En primer lugar explicaron los objetivos del relanzamiento de RASTI: “Se hizo para reinstalar un espacio de juego entre padres e hijos, representando valores tradicionales con la modernización de la identidad de marca y la integración a la nueva generación de juguetes comunicacionales: para lograr sensibilizar al periodista y desencadenar una campaña de marketing viral, despertar sentimientos guarecidos, generar un click interno, y ubicar a los padres como comunicadores”.
Las acciones que desarrollaron fueron una nueva identidad de la marca con el desafío de atraer tanto a los niños como a los padres. “RASTI tiene admiración por la tecnología y la calidad, es un modelo referente de la industria nacional del juguete. A fines de los 70 se retiró y el relanzamiento fue en 2007. Mediante una investigación de mercado buscamos los atributos valorados tanto por padres como chicos, como también los hábitos y actitudes de compra en juguetes, la imagen y posicionamiento de las distintas marcas de ladrillos”, expresaron.
“Somos lo que hemos aprendido, vamos a ser lo que seamos capaces de aprender en el futuro”, concluyeron.
Para finalizar con el Observatorio Temático, Theo Rhodius y Marcos Morales, Socios en Paperfest, hablaron sobre “De 2d a 3d”. Comenzó Morales: “Somos diseñadores gráficos que venimos a hablar de paper toys, otra forma de jugar y hacer juguetes casi por el amor al arte. Las identidades se manifiestan jugando, para nosotros el juego es el momento de conectarnos con nosotros mismos. Paperfest mantiene sin fines de lucro. El desafío que nos planteamos es volver a aprender a jugar, encontrar lo que nos hace felices sólo con papel, tijera, adhesivo y tiempo. Lo último es lo que más nos cuesta. Otra de las razones por las que nos gusta es que el papel tiene ciertos momentos de armado personal, fácil de compartir, de enviar, de degradar. El plástico en cambio, tiene mayor costo de producción, una degradación lenta y nos es amigo del medio ambiente”.
Luego Rhodius añadió: “Todo este proyecto es autodidacta. Hicimos dos ediciones de Paperfest en Espacio Cabrera, donde doce artistas intervinieron 12 moldes. Uno de los cambios más grandes fue hacer participar a gente del exterior, el único continente que nos faltó fue Oceanía. En este tipo de eventos se comparte y aprende mucho y también se conoce mucha gente”.