Algunas personas piensan que es la solución mágica a todos los problemas que puede atravesar un profesional u organización. Sin embargo, la tarea es ir a la raíz de los temas a mejorar, y, desde allí, “modular” juntos un camino por lo general acotado, acompañando el proceso y, finalmente, medir los resultados en forma tangible y concreta.
Desde su origen con Sócrates y Platón y las experiencias con la Mayéutica; pasando por el mundo deportivo, un “coach” es un entrenador de aquellas habilidades que pueden descubrirse o potenciarse. Así, aplicado a las empresas pequeñas, medianas y grandes, y a profesionales de todas las disciplinas, el coaching se convierte en una disciplina esencial para el desarrollo del talento humano.
La motivación y el liderazgo son sólo algunos de los aspectos que se abordan; también se elaboran en conjunto entre el coach y el “coachee” (cliente que se beneficia con los servicios de un coach profesional) o los grupos de personas de una organización, los planes, estrategias y metodologías para alcanzar las metas que se buscan en lo individual y de conjunto.
Desde el trabajo que realizo, basado en la experiencia como ejecutivo de empresas nacionales y multinacionales, y entrenador de miles de personas en más de 18 países, sé que muchas veces se presentan algunos aspectos confusos respecto a los alcances del coaching.
Algunas personas piensan que es la solución mágica a todos los problemas que puede atravesar un profesional u organización. Sin embargo, la tarea –al menos desde la metodología que llevo adelante y que propongo a los clientes- es ir a la raíz de los temas a mejorar, y, desde allí, “modular” juntos un camino por lo general acotado, acompañando el proceso de descubrir + reconocer + madurar + ajustar + cambiar y, finalmente, medir los resultados en forma tangible y concreta.
El coaching es una disciplina que puede aplicarse a todos los ámbitos de la existencia; en mi caso, sin dejar de lado los aspectos personales, me he especializado en promover el desarrollo de habilidades para empresas y profesionales de todos los ámbitos.
Aquí van 10 claves para conocer más sobre cómo puede ayudarte el coaching para afianzar y hacer crecer tu empresa y tu carrera profesional.
Contexto: muy rápidamente, comprenderás de manera ágil, entretenida y profunda, el contexto en el que te estás desenvolviendo, y podrás reconocer de qué forma participas en él.
Descubrir: los seres humanos tenemos muchos “velos” que suelen cubrir nuestras cualidades y también nuestras falencias. La historia personal, experiencias de vida, recuerdos de la infancia, episodios que nos marcaron en lo profesional y las relaciones humanas cotidianas, determinan en muchos casos cómo vemos el mundo. Hay un principio interesante que me gusta compartir: “Nosotros no vemos el mundo como es, sino como somos nosotros”; por lo que un paso importante es empezar a salir de la caja cotidiana, expandirnos paso a paso y comenzar a observar el mundo de una manera más amplia, y más neutral.
Progreso constante: desde el primer encuentro obtienes una serie de herramientas prácticas de aplicación inmediata, para que vivas desde el primer minuto cómo podrías ir modificando la realidad que te llevó a la consulta.
Definición de metas y objetivos: muchas veces, los encuentros necesitan sistematizar cierto orden, dar prioridades, establecer guía y orientación sobre aspectos formales –como la constitución de una sociedad o su disolución; reflexionar sobre una expansión; inversiones; manejo de recursos humanos y liderazgo personal y profesional-. Se descubren, abordan y se establece un plan concreto para ir midiendo el resultado.
Evolución: el paso a paso, con cambios microscópicos que en pocos meses producirán un gran impacto, es la forma que he encontrado como más eficaz para el éxito del coaching empresarial, corporativo y profesional.
Equilibrio: entre la vida profesional y personal. Este es otro de los aspectos fundamentales, en épocas donde muchos suelen vivir apurados y ansiosos, pendientes del afuera, y exigidos por metas y resultados todo el tiempo. En forma amena, paulatina y sensible, desde la metodología del coaching focalizado en la persona (ante todo) y el profesional que se es, es totalmente posible recobrar confianza, alegría, placer en el trabajo, negociar mejor, encontrar soluciones alternativas, mayor innovación e impulso para seguir.
Motivación: es uno de los pilares de la forma en que trabajo. A diferencia de otras corrientes de desarrollo personal, incluso las más ancestrales, cada persona o grupo sale altamente motivado, y lo que es más importante: logra sostener ese estado del Ser casi permanentemente. Las caídas desde los primeros encuentros son menos bruscas, y se sale más rápido, y más creativamente.
Expansión desde adentro hacia fuera: es sorprendente y maravilloso cómo con el correr de los encuentros, los que acuden a tomar el programa de coaching reconocen que van abriendo sus fronteras. Los límites se atraviesan con naturalidad y casi sin esfuerzo (y mucho menos sacrificio), y se conquista ese nuevo espacio con alegría, visión amplia y sumamente despejada de nubarrones oscuros.
Confianza: una cualidad que se va construyendo entre el coach y el coache, y con los grupos. Es un contrato de acompañamiento, donde las principales respuestas las va descubriendo la persona. El coach es como el guía en el viaje, y abre cada puerta, ayudando a limpiar el camino para que se transite con mayor fortaleza, motivación, entusiasmo y claridad. El resultado siempre es altamente enriquecedor.
Resultados concretos: a diferencia de otras disciplinas, desde el primer día se internaliza la forma de hacer mejor las cosas. El cambio, desde adentro hacia fuera, es paulatino y en un corto plazo. Se vencen obstáculos –reales o subyacentes en el inconsciente-, y se prueban las vías más apropiadas de acuerdo a la personalidad de quien consulta y se abre al aprendizaje. El resultado implica una evaluación permanente de la evolución, que se realiza en conjunto sobre la base de criterios objetivos.
- Mejorar el desarrollo profesional en cualquier campo.
- Incorporar nuevas disciplinas a mi carrera.
- Mejorar notablemente el desempeño de cualquier persona.
- Negociar todo tipo de acuerdos, incluyendo mejores condiciones, contratos, etc.
- Abrir tu propia empresa.
- Poner en marcha un proyecto que resulta desafiante a simple vista.
- Expandir tu negocio.
- Atravesar limitaciones, dudas, temores y decepciones en aspectos profesionales y empresariales.
- Lograr mayor unidad de grupos, e integración individual en las organizaciones.
- Volver al eje y equilibrio vital.
- Liderar en forma más efectiva.
- Mantener un alto nivel de auto-feedback para reconocer los aspectos que se pueden mejorar.
- Establecer un umbral de motivación constante, donde prácticamente no habrá obstáculo que no pueda sortearse.
- Mejorar la comunicación interpersonal.
- Definir con mayor certeza el rumbo profesional, o de un proyecto o equipo de trabajo.
Y lo único que se necesita es:
- Trabajar con un coach profesional, con años de experiencia en el mundo corporativo y con mucho desarrollo personal dentro de su formación como entrenador.
- Establecer de común acuerdo las bases claras del trabajo.
- Compromiso de ambas partes para la constancia en alcanzar los objetivos fijados.
- Focalizarse en los resultados.
- Entregarse al camino de seguir aprendiendo, creciendo y avanzando, con la ayuda de un guía experto.
Por Daniel Colombo
Coach especializado en alta gerencia y profesionales; escritor y comunicador profesional
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