En muchos casos los clientes tienen mejor comprensión que los dueños de lo que no funciona. Por lo general, los dueños tienden a culpar al banco, al Estado o al socio idiota. Rara vez el dedo del dueño apunta al propio dueño. Por supuesto, hay casos en los que pasa algo que está fuera del control, pero esas instancias son minoría. Descubri cuales son los 10 motivos principales por los que quiebran empresas pequeñas.
Por Jay Goltz
Fuente: The New York Times
Traducción: Gabriel Zadunaisky para La Nación
NUEVA YORK.- Uno de los aspectos menos comprendidos de los negocios es por qué quiebran pequeñas empresas, y hay un motivo simple de ello: la mayor parte de las evidencias provienen de los empresarios mismos. He visto de cerca numerosas quiebras de empresas, incluyendo unas cuantas nuevas firmas creadas por mí. Y de mis observaciones surge que los motivos de las quiebras citados por los dueños frecuentemente no dan en el clavo, lo que tiene sentido. Si los dueños supieran lo que están haciendo mal, quizás habrían podido solucionar el problema.
En muchos casos los clientes tienen mejor comprensión que los dueños de lo que no funciona. Por lo general, los dueños tienden a culpar al banco, al Estado o al socio idiota. Rara vez el dedo del dueño apunta al propio dueño. Por supuesto, hay casos en los que pasa algo que está fuera del control, pero esas instancias son minoría. Lo que sigue son los 10 motivos principales por los que quiebran empresas pequeñas.
1 . La matemática no funciona. No hay suficiente demanda del producto o servicio al precio que puede dejar ganancia a la compañía.
2. Dueños que no pueden dejar de trabar sus propios negocios. A veces uno puede decirles a los dueños cuál es el problema y lo reconocerán, pero lo siguen cometiendo.
3. Crecimiento fuera de control. Puede ser el más triste de los motivos de la quiebra: un negocio exitoso arruinado por una expansión excesiva.
4. Mala contabilidad. No se puede controlar un negocio si no se sabe qué pasa. Con las cuentas mal hechas o sin cuentas, una compañía vuela a ciegas, y esto sucede todo el tiempo.
5. Falta de un colchón de dinero. Si algo aprendimos de esta recesión es que los negocios son cíclicos y que cosas malas pueden suceder y sucederán a lo largo del tiempo: la pérdida de un cliente importante o un empleado crítico, la llegada de un nuevo competidor, la presentación de una demanda. Estas cosas pueden tensionar las finanzas de una compañía. Si esa compañía ya no tiene efectivo (ni puede pedir prestado) quizá no logre recuperarse.
6. Mediocridad operativa. Nunca conocí al dueño de una empresa que describiera su operación como mediocre. Pero no todos pueden estar por encima del promedio. Que los clientes vuelvan o que vengan nuevos clientes a los que se le ha recomendado la empresa es crítico. Es necesario el marketing.
7. Ineficiencias operativas. Pagar demasiado por alquiler, mano de obra y materiales. Hoy más que nunca las compañías con costos ajustados tienen la ventaja. No tener la tenacidad o el estómago para negociar puede hacer que una compañía no sea competitiva.
8. Gerencia disfuncional. Falta de concentración, visión, planificación, estándares y todo lo demás que importa a la buena administración. Si se agrega a la mezcla socios que pelean o parientes descontentos, habrá un desastre.
9. La falta de un plan de sucesión. Hablamos de nepotismo, luchas por el poder, actores significativos reemplazados por gente que se ve superada por las circunstancias, son todos motivos por los que muchas empresas familiares no sobreviven al cambio generacional.
10. Un mercado en caída. Librerías, tiendas de música, imprentas y muchos otros negocios están enfrentando cambios de la tecnología, la demanda de los consumidores y la competencia de empresas inmensas con más poder de compra y presupuestos de publicidad.