En su site slowtoymovement.com, el movimiento “Slow Toy” de Reino Unido se pregunta: ¿Es realmente el juguete ideal para un niño un perro que hace caca o un juguete repleto de luces y con ruidosos sonidos? ¿Por qué los juguetes de hoy en día requieren de múltiples funciones y un sinnúmero de ruidos, algunos hasta molestos para el niño y el adulto?
El Movimiento Slow Toy es un concepto inspirador que tiene como objetivo promover los juguetes bien hechos, que se originan de forma ética y estimulan la imaginación infantil.
Así como desde 1986 existe un movimiento “Slow Life” ("Vida Slow") que implica un cambio cultural hacia la desaceleración de nuestra forma de vida y hacia un mayor disfrute de la misma. Basándose en una vuelta hacia la revalorización de los afectos, la realización de actividades placenteras y en comer saludablemente (Slow Food, no Fast Food). Consiste en un cambio en nuestra actitud ante la vida, relacionado con la desaceleración en la forma de comer, de trabajar, un mayor espacio para el ocio, el relax, los hobbies y las relaciones afectivas.
En el Reino Unido aseguran que el movimiento “Slow” está dispuesto a ser el próximo gran movimiento cultural para la industria del juguete, tanto como lo fue el movimiento “Slow Food” que hizo el periodista italiano Carlo Petrini para la industria alimentaria, que defendía la buena comida y el placer de comer en el año 1986, frente al desembarco de Mc Donald´s en Roma.
Desde el site afirman que “La campaña Slow Toy tiene como objetivo apoyar y promover los juguetes de origen ético y los juguetes que le permiten al niño desarrollarse a su propio ritmo. Los niños nunca deben estar en una carrera para ser el primero en hablar o caminar en primer lugar. Su desarrollo no es una competencia. El desarrollo debe ser a su propio ritmo. Debe haber un tiempo para jugar y un tiempo para estudiar, trabajar y desarrollarse”.
Tal vez, el hecho que un perro de juguete que haga caca haya sido desarrollado en Alemania parezca un "increíble avances tecnológico de la industria del juguete”.
Que un juguete tenga miles de funciones, lleno de luces y musiquita china o sonidos estruendosos no quiere decir que el juguete sea "techy" o tecnológico. La tecnología se debe aplicar para enriquecer toda la experiencia de juego, la estimulación del desarrollo y la enseñanza de conocimientos básicos a través de ese juguete “techy”.
Buenos ejemplos de tecnología aplicada a los juguetes son las computadoras infantiles, las alfombras electrónicas y centros de actividades que enseñan las letras, colores y números.
El Slow Toy Movement de Reino Unido está invitando a que los adultos propongan 12 juguetes del mercado que se ajustan a la definición de “juguetes slow”:
¿En tu país se valoriza el juguete "slow" o cuanto más complejo y ruidoso es el juguete, mejor es su demanda?
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Fuente: slowtoymovement.com