La suba en los costos laborales y la inflación puede generar incrementos de precios de juguetes chinos. Cada vez más empresas se ven obligadas a conceder aumentos salariales para no perder a sus trabajadores. Pero eso podría poner en riesgo la competitividad de las exportaciones chinas y hacer que la producción se mude a países más baratos como Vietnam y la India.
Fuente: Diario El Cronista
De acuerdo con un informe de Morgan Stanley, el salario mínimo en Shanghai (China) alcanza los 141 dólares por mes, mientras que en Mumbia (India) llega a 77 dólares y en Hanoi (Vietnam) a 74 dólares.
Este panorama de presiones salariales se vuelve aún más complejo frente a las tasas de inflación que viene teniendo China en estos últimos años, fruto de la política del gobierno de impulsar el crecimiento económico de dos dígitos. Con una media del 5% anual, es muy superior a lo que se acostumbra en un país desarrollado (cerca del 2%), pero en línea con lo que se ve en otras potencias emergentes (en Brasil llegó al 6% en 2010, en la India al 8,5% y en Rusia al 9%). Incluso esta media no tiene en cuenta el aumento en los precios de los alimentos, que se encuentra en los dos dígitos. El problema es que estas presiones impactan de lleno en los salarios, generando otro dolor de cabeza para las empresas chinas, que se agrega a las condiciones de trabajo, generalmente malas.