Un bebé de seis meses muerde un mordillo que le da su madre, una nena peina el pelo de su muñeca y arregla su brilloso vestido mientras el varón simula un choque entre un camión y un auto de carreras. ¿Qué sucede si productos que parecen tan indefensos ponen en riesgo la salud de los más chicos?
Todo producto que se comercializa debe cumplir con reglamentaciones y normativas que avalan que lo que compramos no puede perjudicar. Sin embargo, es importante tener en cuenta los cuidados que hay que tener para que hagamos nuestro propio control ya sea como consumidores o comeriantes.
Los juguetes, por estar destinados a estar con niños, son sometidos a rigurosas pruebas de seguridad, tanto en aspectos mecánicos como químicos. Por este motivo, es que se realizan análisis toxicológicos de los materiales y pinturas, relacionados con la presencia de plomo, cadmio, ftalatos por ejemplo, un plastificante que hace que el material sea flexible y comúnmente se encuentra dentro del PVC, y otros metales pesados, que pueden encontrarse en las pinturas.
En ese último caso, se corrobora que no migre ningún componente tóxico ya que muchos niños pequeños y bebés se llevan los juguetes a la boca y puede ser peligroso para el menor. De esta manera, es importante que el fabricante testee cada uno de los productos con un organismo de certificación, para que cumplan la reglamentación obligatoria y luego pueda ser comercializado sin inconvenientes.
Así, al momento de comprar un juguete el primer paso es observar es identificar el Sello de Seguridad de Producto en el packaging o etiqueta, que avala que ese producto ha pasado por los controles de seguridad, esa es la primera garantía. Si la posee, se asegura de que se observaron todas las partes pequeñas, que las partes desprendibles los chicos no pueden tragarlas. Además, si selecciona productos de mejor calidad lo más probable es que cumplan con las normativas, de lo contrario si usted intenta desprender alguna parte (con la fuerza equivalente a la de un niño) y sucede, ese producto no está testeado.
El segundo paso, consiste en observar el juguete según el rango de edad. Esto también se comprueba en el marcado del embalaje principal, como así también los cuidados e instrucciones que se deben tener en cuenta al utilizar el juguete, evitando accidente por usos indebidos. Si es para un niño menor de tres años, éste no puede contener partes pequeñas.
Por otra parte, uno de los mayores cuidados para el consumidor es con la mercadería que no ingresó por los canales oficiales de comercialización, ya que no estarán certificadas. Eso sucede por ejemplo, con juguetes que llevan un medio de fijación como puede ser un tornillo que mantiene las pilas. El niño no tiene que poder acceder a ellas, las cuales poseen componentes químicos. Si no tiene tornillo, no se debe adquirir.
Asimismo, existen ensayos de ruidos, que la norma regula, para que posea un máximo de decibeles que no sea nocivo para el niño y afecte su audición. De igual manera, se testean las partes textiles (como la vestimenta, cabellos de muñecas y osos de peluches) para evitar que, en caso de estar en contacto con una chispa y se prende, el fuego se expanda.
Por último, se encuentran los productos electrónicos de los cuales se ensayan las fuentes ya que existe una certificación obligatoria de productos electrónicos que lo exige, por eso, lo primordial es buscar la etiqueta antes mencionada, la cual avala que está regulado y tanto el comerciante como el consumidor está a salvo.
De esta manera, es importante destacar por la tranquilidad de todos que, Argentina es pionera en toda la región en regulaciones de productos y así países como Ecuador, Chile y Uruguay, comenzaron a imitar estas certificaciones, porque en definitiva lo que se exige es cuidar la salud de la población.
Carolina Rodriguez, Gerente Comercial de Lenor.
Germán Presas, Jefe Técnico Comercial de Lenor.
Acerca de Lenor
Lenor SRL, un “Organismo de la Evaluación de conformidad” integrada por un Organismo de Certificación, Organismo de Inspección, Organismo de Calibración y Laboratorios de Ensayo, que ofrece sus servicios en toda la región para distintas industrias, desde la minera hasta bicicletas y juguetes.
Lenor SRL se fundó hace 14 años para cubrir la demanda insatisfecha de los ensayos requeridos por las regulaciones que protegen -a los consumidores y a las fábricas locales- de las importaciones de baja calidad. En el 2005 abrieron su primera filial en China. Y hoy en día están en Perú, Chile, Colombia y Ecuador (estos últimos 3 como organismo certificador) y prestan servicios en Brasil, Venezuela y Uruguay. Tienen más de 2.000 clientes y, en nuestra región, eI 70% de las empresas líderes confían en la empresa.