Pablo Endler y Axel Weschler Kaplan desarrollaron una marca de peluches y almohadas con parlantes para integrar la tecnología a artículos tradicionales. Facturan $ 2 millones.
En un depósito del barrio de Chacarita conviven peluches, andadores, triciclos, y artículos de juguetería de lo más diverso. Pero los productos estrella son los que desarrollaron Axel Weschler Kaplan y Pablo Endler, socios de Yeah! Toys, la marca con la que incorporaron tecnología a productos tradicionales.
A partir de un producto del exterior como referencia y el asesoramiento de conocidos, lograron crear la primera línea con tres productos en 2012: un peluche porta smarthpone; almohadones con parlantes; y la faja con parlantes y auriculares para embarazadas. "El peluche nos hizo pensar que los juguetes, que hoy se le acercan a los niños (y no tan niños) siguen siendo los mismos que hace décadas, pero la tecnología es otra, así que observamos ese nicho de mercado, donde se pueda integrar la tecnología con productos tradicionales", repite Endler, que junto a su socio y amigo desde sus años en el Colegio ORT, producen 10.000 unidades por año. Antes ya habían probado suerte. "Intentamos asociados y por separado, con una revista sobre comercios zonales, una radio, tazas cuztomizadas, y la siempre idea del bar. Incluso productos intangibles, que resultaron inviables", recuerda el entrepreneur.
En Chacarita, desde donde gestionan la marca, convive el depósito de un e-commerce de juguetes, que la dupla gestó casi en simultáneo. "El comercio electrónico nos da liquidez a través de otra rama de productos, la fuerza de ventas se alimenta de las dos carteras y nos da visibilidad de mercado y permite observar la repercusión de los productos", resume la estrategia Weschler Kaplan, "pero opera de forma totalmente independiente", acota.
Yeah! Toys, que reparte su facturación entre los productos de marca propia (70%) y el merchandising (30%), tiene hoy, una renovada propuesta de productos a partir de la mejor continua de la prueba y error. "Lo más difícil fue bajar de nuestra cabeza a la realidad el producto que queríamos, ese proceso llevó al menos 14 meses entre 2011 y 2012", reconocen los emprendedores, que utilizaron la casa de una amiga que se fue de vacaciones, como centro de operaciones para gestar la firma, en la que invirtieron sus ahorros ($ 250.000).
"Los productos eran muy buenos, pero también, muy caros por los materiales que utilizamos, entonces la rotación era muy baja", explica Endler. Por eso, renovaron todas las líneas, apoyándose en el diseño, para motorizar la parte comercial de manera más orgánica. "Un packaging más sencillo y accesible y la mejora de los procesos productivos, redujo el precio final del producto", agrega su socio y suma un ejemplo, "los almohadones con parlantes, eran un producto único, y en el proceso de renovación se transformaron los almohadones en peluches con parlantes removibles, mucho más versátil".
En 2014, los creadores de la firma que fue reconocida por el Ministerio de Industria de la Nación con el ‘Sello de Buen Diseño’, incursionó en el segmento de merchandising, amplió su canal comercial y preparó el terreno para nuevos lanzamientos. "Este año pegamos un salto porque no nos limitamos sólo a jugueterías", señala Weschler Kaplan. "Notamos que muchos productos no eran utilizados sólo por los chicos", agrega. Ahora, están en jugueterías, pero, también, cadenas de electrónica, como Compumundo, y espacios con artículos de decoración. Las ventas se reparten equitativamente entre Infantes y el resto, Adolescentes y Adultos.
El próximo año se abren nuevos desafíos para la firma. El desembarco en las cadenas de supermercados, el lanzamiento de nuevos productos y el primer paso en el mercado externo (Chile y Uruguay) ya están en la agenda. F.S.
- Fundación: 2002
- Inversión incial: $ 250.000
- Facturación 2014: $ 2 millones
- Unidades producidas en 2014: 10.000
Por mayor información podés visitar el sitio web www.yeahtoys.com.ar
Fuente: El Cronista