El inventor del célebre juguete que disfrutan niños y adultos, fallecido en forma reciente, era dueño de una forma de pensar y actuar similar a la del fundador de Apple. En qué se parecían.
Horst Brandstätter, el “Padre de los Playmobil”, falleció el pasado miércoles 3 de junio y el mundo empresarial vinculado a la industria del juguete lo lloró y recordó como quien revolucionó la forma de entender el negocio de divertir y educar a niños y adultos. El empresario ingresó a la firma de su familia a los 19 años y la llevó a ser reconocida en todo el mundo.
En 2014, Playmobil fabricó 100 millones de muñecos por mes y, por año, facturó casi 600 millones de euros. Durante las últimas décadas se produjeron 2.700 millones de muñecos. Juntos, de la mano, darían la vuelta al mundo más de tres veces. El liderazgo del empresario, considerado un “patriarca” en Alemania, su país de origen, lleva consigo coincidencias con el recordado Steve Jobs, fundador de Apple. Aquí, algunas de las enseñanzas que ambos dejaron.
1) Romper con las viejas formas
Cuenta la historia que Brandstätter ingresó a trabajar en el negocio familiar a los 1952, cuando tenía 19 años. Irreverente, al poco tiempo de llegar comenzó a cuestionar la labor de sus dos tíos, quienes comandaban la empresa. El joven preguntaba el por qué se utilizaban determinadas técnicas dentro de la fábrica y no otras más eficientes y, en su mayoría, recibía la misma respuesta: “Nosotros siempre lo hacemos así".
La frase se convirtió entonces en la mayor aversión del joven empresario, que prácticamente prohibió utilizarla en las reuniones. Rompiendo las viejas formas de producción, que carecían de justificación en el presente, lanzó al mercado en 1958 el “hula hoop”, que fue éxito en toda Europa. El “denke anders” (pensar diferente) parecía un antecedente del “Think Different” del slogan de Apple.
2) Innovar con visión
Así como el fundador de Apple, Steve Jobs, obligó a su equipo de diseño a crear un teléfono móvil con un solo botón, tarea visualmente imposible para la época en la que fue creado el iPhone, así también actuó el padre de los Playmobil. Durante la crisis del petróleo en los años ’70, Brandstätter se acercó al despacho de su jefe de diseño, Hans Beck, con un pedido muy concreto: diseñar un sistema de juego nuevo, que pudiera ampliarse constantemente y que tuviera la mejor relación entre “capacidad de valor de juego y cantidad de plástico". El resultado fue la mítica figura minúscula del Playmobil.
3) La calidad como distinción
“Diseñado en California, ensamblado en China”, es la leyenda que, en inglés, tienen buena parte del portfolio de productos de Apple. Es la misma razón que llevó a Braun a inscribir en sus legendarios relojes blancos y negros la frase “German Movement”. Para el juguetero alemán, la fabricación local era relevante en su ecuación de negocios y, por eso, mientras la industria global de juguetes se dirigía a China por sus menores costos, él insistía en quedarse en Alemania, en especial en Dietenhofen (Baviera). Aunque luego se abrirían nuevas fábricas en Malta, República Checa y España, la decisión se correspondía a la necesidad de plantear la seguridad sobre todo.
En un comunicado tras su muerte, la misma empresa lo comentaba: “Consciente de la necesidad de seguir siendo competitivo, Brandstätter insistía en ofrecer un producto basado en la calidad y la seguridad”. El tiempo le daría la razón, cuando multitancionales de la talla de Mattel y Hasbro tuvieron inconvenientes con su producción en China, lo que le costó cientos de millones de dólares.
Fuente: Multitaskers - American Express