Dentro de las consultas más frecuentes por personas sobre ocupadas en su trabajo, con un alto nivel de demanda, está el aspecto acerca de cómo desconectarse del trabajo en vacaciones. La facilidad de contar con los mails en los dispositivos móviles, grupos de mensajería con compañeros de trabajo y con los líderes o jefes; o los clientes que -si trabajas independiente- se sienten dueños de tu tiempo 24 horas / 365 días. Aquí van cinco formas de desconectarse.
Dentro de las consultas más frecuentes por personas sobre ocupadas en su trabajo, con un alto nivel de demanda, está el aspecto acerca de cómo desconectarse del trabajo en vacaciones. La facilidad de contar con los mails en los dispositivos móviles, grupos de mensajería con compañeros de trabajo y con los líderes o jefes; o los clientes que -si trabajas independiente- se sienten dueños de tu tiempo 24 horas / 365 días. Aquí van cinco formas de desconectarse:
1) Programar un anuncio automático de vacaciones en tus mails. Utilizado por millones de personas, es un arma eficaz para alertar a los demás que estás descansando. Redacta el anuncio siguiendo un lenguaje coloquial y relacionado con el que utilizas frecuentemente. Debe ser un mensaje corto. Necesitarás programarlo desde el día previo a tu salida de viaje, y desactivarlo el segundo día que regresas al trabajo (para evitar una invasión desmedida de mails justo el primer día de reingreso). Establece una persona back-up que te reemplazará en caso de que los asuntos sean muy urgentes. Como ejemplo, la empresaria de medios Arianna Huffington, del multimedios Huffington Post, ha dispuesto desde diciembre 2017 que se cancele temporalmente la cuenta de e-mail de cualquier colaborador en vacaciones. Si el tema fuese muy urgente, el sistema informático permite que, si el correo es reenviado una segunda vez, se derive a una casilla de coordinación general para ser atendido en la oficina, si así fuese conveniente.
2) Silenciar todos los grupos de mensajerías instantáneas de temas laborales. Tres días antes, enviarás un aviso de vacaciones en tono coloquial y cordial, en todos los grupos de mensajería -como Whatsapp o similar- donde interactúas por temas profesionales. Si lo deseas, también puedes hacerlo en los demás grupos personales. A la vez, indicarás que estarás silenciando el grupo hasta tu regreso laboral. Y así lo harás de inmediato.
3) Tener siempre una libreta y bolígrafo a mano. Este consejo es esencial, y te permitirá limpiar tu mente de cualquier perturbación de trabajo. ¿Irrumpe un pensamiento de un tema laboral? ¿Se te ocurre una idea genial para tu empresa? Pues apúntala de inmediato en tu block de notas, con palabras breves, fecha y hora; y retomarás este tema a tu regreso. Si eres líder de proyecto, necesitarás contener tus ganas irrefrenables de llamar al equipo para pasarles el asunto. Esto puede esperar. Verás cuánto más productivo y creativo eres a tu regreso con la mente y las emociones despejadas.
4) Vencer la tentación de llamar al trabajo. Para los que son adictos al trabajo es necesario entrenarse en evitar cualquier tipo de llamado laboral durante tus vacaciones. Si necesitas sí o sí implementar un bloque laboral: a) Busca una franja de una hora por semana para concentrar tu atención sólo ese tiempo. b) Prepara previamente al equipo para que sepan que tal día y hora será el único momento en que estarás disponible y por pocos minutos. c) ¿Traen un problema? Que te presenten al menos tres soluciones. Esta ecuación no falla y te ahorrarás, al menos, el 90% de los problemas que un colaborador puede resolver, pero siempre termina pasándotelos a ti.
5) Una única persona puede ayudarte. Busca en tu equipo una única persona que sea la que centralice cualquier tipo de comunicación contigo. Luego: a) Establece un código secreto con esta persona (por ejemplo, llamar al celular, y recién atenderás cuando hace su tercer llamado; los otros dos no atenderás). b) La conversación se circunscribirá a cosas concretas, a hechos y decisiones rápidas. c) Todo tema que pueda ser pospuesto, así lo harán. d) Asumirás el reto de no implicarte en redactar contratos, informes, cotizaciones o cosas que requieran de tu tiempo. Lo máximo que podrías hacer -en tu hora semanal- es una revisión de materiales indispensables e impostergables que te envíen ya elaborados.
Por Daniel Colombo
Coach especializado en alta gerencia y profesionales; escritor y comunicador profesional
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