En el camino del emprendedor son muchos los momentos en que las cosas entran en crisis. Muchas de estas crisis son naturales en el crecimiento de una pyme y hasta positivas para su desarrollo. Pero si los problemas persisten en el tiempo sin perspectivas de solución, puede ponerse en riego todo lo logrado.
Se trate de factores externos (como la inestabilidad económica, una caída del consumo o un robo), de factores propios del negocio (como errores de planificación o falta de capital) o de situaciones personales (como enfermedades, viajes o conflictos familiares), es posible que debas pensar con anticipación una estrategia para no dejar el emprendimiento a la deriva ante una tormenta, y reducir los riesgos de naufragio.
¿Cuáles son las opciones?
- Transferir el negocio temporariamente. ¿El negocio genera dinero al menos para pagar sus costos? Mientras vos te recuperás de tus problemas o buscás un empleo que te dé mejores ingresos, es posible encontrar a alguien que, con vocación de emprender, pueda hacerse cargo por un tiempo tomando algunos de los riesgos del negocio. Armá un esquema en el que si el emprendimiento repunta tu nuevo socio logre mayores ganancias, y pónganse de acuerdo en cómo manejar tu regreso en el futuro. Buscá candidatos entre empleados de confianza, amigos o familiares.
- Contratar a un profesional. Existen expertos en crisis que pueden tomar el timón de tu empresa hasta que aclare; si la crisis es temporaria quién mejor que un especialista para navegarla. Un "piloto de tormentas" seguramente va a exigirte un ingreso básico y un premio en caso de ayudarte a superar las dificultades. Podés encontrarlo entre ejecutivos retirados, emprendedores experimentados y otros profesionales de la gestión de negocios.
- Llevar el negocio a su mínima expresión hasta que vengan tiempos mejores. ¿Trabajar desde tu casa o a domicilio? ¿Mudarse a un local más pequeño? ¿Mantener una oficina virtual? Si bajás expectativas y dedicación, podés mantener vivo parte del proyecto hasta que las condiciones san más favorables, mientras volvés al trabajo en relación de dependencia, estudiás o te dedicás a tu familia.
- Asociarse. Tal vez tu emprendimiento no te resulta sostenible solo, pero sea posible sumar esfuerzos con otro negocio en marcha. Puede funcionar tanto la cooperación con un competidor en situación similar (repartiendo turnos de trabajo, dividiendo clientes o compartiendo aportes y rentabilidad), con una empresa más grande (operando bajo su tutela, como distribuidor o representante), o con un negocio complementario (compartiendo gastos, local u oficina para reducir costos).
- Buscar una estrategia de salida permanente. Si bien la tormenta puede ser pasajera, tal vez la crisis te impulse a buscar una forma de abandonar el barco. Evaluá la estrategia de salida que mejor se adapte a tus tiempos y necesidades (vender, cerrar, transferir, entre otras), teniendo en cuenta que las posibilidades van a depender de la situación del mercado. Mejor salir de forma anticipada y planificada, que dejar que se avecine el naufragio sin remedio y sin control. ¡Ya llegará el momento de emprender nuevamente!
En todos los casos, no dejes de analizar el contexto y recurrir a la ayuda de mentores, asesores y otros especialistas, para tomar la decisión que mejor responda a tus necesidades.
¿Ya transitaste alguna tormenta con tu emprendimiento? ¿Cómo la superaste?
Fuente: BuenosNegocios