Muchas veces nos sentimos atrapados por lo operativo. Vivimos al día, apagando incendios, resolviendo para el corto plazo. Para ser más estratégicos, necesitamos parar la pelota, levantar la mirada y volver a plantearnos dónde estamos hoy y hacia dónde nos queremos dirigir.
¿Qué funciona hoy? ¿Qué no está funcionando? ¿Qué maneras de pensar, actitudes, procesos y relaciones están a la altura de lo que necesitamos y cuáles no? ¿Qué cosas, que hoy funcionan, van dejar de hacerlo en el futuro? ¿Cómo nos estamos preparando? Lo que estamos haciendo ahora, ¿nos lleva a ese lugar al que queremos ir o nos aleja?
El mapeo en seis pasos es una herramienta que nos impulsa a profundizar en esos interrogantes para decidir estratégicamente, con información de calidad, las acciones más relevantes para alcanzar lo que nos proponemos. Provee un mapa claro del contexto presente, de las necesidades de mejora y de la brecha a salvar. Este modelo puede aplicarse a una variedad de objetivos, ya sea nuestro desarrollo y el de nuestra gente o para implementar procesos de cambio de cualquier envergadura, desde lo más pequeño hasta los grandes proyectos de cambio cultural e innovación.
Para liderarnos y liderar a otros hacia los resultados que buscamos, es útil hacernos estas preguntas:
1. ¿Qué quiero CAMBIAR?
- ¿Qué, de lo que hoy tengo, quiero que sea diferente?
- ¿Qué cosas, que hoy no funcionan, necesito cambiar? ¿Qué cosas, que hoy funcionan, van a ser diferentes en el futuro?
2. ¿Qué quiero ELIMINAR?
- ¿Qué, de lo que hoy tengo, ya no quiero tener más?
- ¿Cuáles son los impedimentos y las resistencias que hoy dificultan o me impiden cumplir mis objetivos? ¿Es alguna persona? ¿Es un conflicto entre áreas? ¿Es un hábito disfuncional como, por ejemplo, mi necesidad de estar en todo? ¿Es algún proceso ineficiente? ¿Una regla burocrática y desactualizada?
3. ¿Qué quiero MEJORAR?
- ¿Qué, de lo que hoy tengo, quiero potenciar?
- ¿Qué habilidades quiero desarrollar? ¿Es, por ejemplo, mi capacidad de delegar para que mi equipo sea más autónomo? ¿Qué conductas quiero consolidar y transformar en hábito? ¿Qué vínculos quiero reforzar?
4. ¿Qué quiero CONSERVAR?
- ¿Qué, de lo que hoy tengo, quiero mantener?
- ¿Le estoy poniendo suficiente atención a lo que no quiero que se pierda en medio de los cambios? ¿Cómo puedo garantizar que lo que hoy funciona bien siga haciéndolo? ¿A qué personas talentosas quiero retener? ¿Cómo mantener el buen clima, o los valores que hacen a mi identidad, la de mi equipo y la organización? ¿Cuáles son las actitudes, políticas y procedimientos que fueron exitosos en el pasado y merecen ser preservados a través de los cambios?
- Conviene detenernos en esta pregunta, porque si perdemos el foco sobre lo que es importante conservar y no planificamos estrategias para protegerlo, es probable que generemos resistencia en nosotros mismos y en los demás.
5. ¿Qué quiero GENERAR?
- ¿Qué, de lo que hoy no tengo, quiero tener más?
- ¿Qué hábitos quiero establecer? ¿Qué nuevos procesos? ¿Qué nueva estructura? ¿Qué tipo de equipo? ¿Qué relaciones con otras áreas y otros stakeholders? ¿Qué nuevas actitudes y competencias necesito, y necesita mi gente, para estar preparados para el futuro?
6. ¿Qué quiero EVITAR?
- ¿Qué, de lo que hoy no tengo, no quiero tener?
- ¿Qué conflictos quiero eludir? ¿Cómo hago para evitar las quejas? ¿Cómo nos tenemos que preparar desde hoy para que el crecimiento no sea traumático?
- Para prevenir los problemas en el futuro necesitamos desarrollar barreras desde hoy.
Las respuestas van definiendo el mapa de ruta. Cabe recordar que los planes tienen que ser realistas: no podemos cambiar todo al mismo tiempo. Necesitamos ordenar las prioridades y actuar sobre una cosa por vez, avanzando a pequeños pasos, dándonos el tiempo para profundizar y transformar en hábito lo que vamos logrando.
Fuente: Buenos Negocios