Lejos de los materiales no renovables, de la fabricación contaminante y, por supuesto, de las pilas, se afianza la tendencia de los juguetes sustentables; con usos múltiples, de género, madera, con desechos reciclados y hasta hechos a mano.
Plástico, pilas, envoltorios no sustentables... Los juguetes convencionales pasan a ser una amenaza seria para el medio ambiente, sobre todo si se consideran sus pocos años de vida útil.
"La fabricación de juguetes de plástico tiene la mayor de las desventajas en su insumo básico: los hidrocarburos, que cada vez se vuelven más caros y más complicados de obtener. Además, en el proceso hay un costo extra que nadie asume y que lo van a pagar las generaciones futuras", explica Paco Dolz, miembro de la Asociación de Productores de Juguetes Argentinos A Jugar y dueño de Naturart, emprendimiento de juguetes de madera basado en la pedagogía Waldorf, basada en las ideas del filósofo austríaco Rudolf Steiner, que, a grandes rasgos, entiende al ser humano como una suma de cuerpo, alma y espíritu.
"En las jugueterías tradicionales hay una cantidad de objetos donde el valor principal del juguete está puesto en el envase. Eso es claramente un estorbo para el medio ambiente", sigue Dolz.
Por su lado, Rosa Planas Bartrina, psicóloga, psicopedagoga y maestra, cuenta: "A veces entran en el mercado juguetes importados sin control, no se mide si son nocivos. Además, hay juguetes de plástico de muy buena calidad pero que dañan a la naturaleza". Planas Bartrina sabe del tema no sólo por sus profesiones: también es fundadora del Centro Yuguets Argentina, ONG dedicada a juegos, juguetes y calidad de vida, donde, además, se dictan las carreras de Ludotecario y Diseñador de juegos y juguetes.
Aunque el plástico puede reciclarse, para ello se requiere que los fabricantes y los compradores tomen conciencia. Pero... "En la Argentina somos resistentes a consumir productos reciclados. Creo que el reciclado va a formar parte de las nuevas generaciones, si no convivimos con él, la basura nos va a terminar tapando", vaticina Ana Sfreddo, artista plástica y creadora de la marca 3R design, que incluye una línea de juguetes producidos con géneros que les sobran a las empresas textiles.
Sobre las pilas de los juguetes, el gran problema está en qué hacer con ellas una vez gastadas. "El 90 por ciento de pilas y baterías usadas se convierten en un estorbo, y los fabricantes o importadores de esos juguetes no se dedican a comunicar qué hacer con esas pilas", se lamenta Dolz.
Tan fundamental es el juego en la vida de los chicos que, según explica Dolz, durante su primera infancia juegan en promedio 18.000 horas.
En tanto, la socióloga Pía Berdiñas, miembro de A Jugar y dueña de Gusanitos de queso, empresa de juguetes artesanales, explica: "Cuando a un chico se le da un espacio de juego libre, ese chico va a tener seguridad en sí mismo y una conducta no agresiva con el medio ambiente".
"Muchos chicos ven un barco hecho con pedazos de cosas que hasta entonces consideraban chatarra y se dan cuenta de que no es tan difícil de hacer. Algunos me piden que les enseñe a hacerlo, y estos juguetes crean conciencia", cuenta Diego D'Amico, dueño, junto con su mujer, Mariana Padilla, de la juguetería El pequeño puercoespín, con juguetes naturales, hechos a mano con género y madera.
"Es importante que el chico se involucre y sepa de dónde vienen los materiales de los juguetes. Y los que pueden romper este eslabón descontrolado de consumo son las nuevas generaciones", dice Sfreddo. Los juguetes de su firma son de estimulación desde lo textil: con géneros elastizados, algodón, lanas, algunos tienen botones y otros brillan en la oscuridad, lo que consiguen con pinturas no tóxicas.
"Para nosotros, es muy importante mantener el medio ambiente. Todos los materiales que usamos apuntan a que nada lo contamine", cuenta Planas Bartrina, que desde Yuguets enseña qué madera se debe usar para respetar la naturaleza. "Tienen que ser nobles y hay que dejarlas estacionar. El corazón del medio se resquebraja, no sirve."
Más sobre la madera: "Con la producción de juguetes de madera no se genera un residuo que perjudique el ambiente. En un período relativamente corto, la madera se transforma en tierra. Si se tira aserrín en una maceta, dentro de una o dos semanas está transformado. Como productor de juguetes, sólo uso madera de bosques certificados, que es, en general, pino de forestación", concluye Dolz.
Agenda de bolsillo
Por Luján Francos
Fuente: La Nación