La empresa Intek desarrolla para niños productos que se venden en 60 países.
En tiempos de globalización podría jugarse con la idea de que Papá Noel mudó parte de la gran fábrica en la fría escandinavia a la Argentina. La realidad es que muchos de los juguetes que entretienen a chicos de todo el mundo son diseñados y desarrollados por una empresa familiar, con planta en Villa Lynch, en el conurbano bonaerense. Se trata de Intek, que diseña y desarrolla juguetes para niños de entre 5 y 11 años, bajo licencia de marcas como Mattel, Disney, Cartoon Network, Hasbro y DreamWorks. Sus productos se comercializan en 60 países de América del Sur, América Central, Europa, Asia, Africa y Oceanía.
"Adquirimos las licencias de distintas líneas y creamos nuevos productos, que luego se comercializan en varios países", contó Saúl Dzienciolski, director general de Intek y padre de Abel, el presidente, y Ronen, el vicepresidente.
Barbie, Disney Princess, Power Rangers, Winnie The Pooh, High School Musical, Toy Story, Mickey & Minnie, Shrek, Kung Fu Panda, Transformers, son algunas de las líneas sobre las que Intek tiene licencia y libertad total para inventar nuevos artículos, que luego podrán encontrarse en un centro comercial de Hong Kong o en una tienda de Bombay.
Todo empezó, según recuerda Saúl Dzienciolski con la fabricación de relojes de pulsera, continuadora de la empresa de grandes relojes que tenía su padre. "Ganamos el mercado gracias a nuestro diseño y luego anexamos los relojes digitales para chicos con algunas de las licencias que tenemos ahora", comenta.
Con el tiempo, se focalizaron en el diseño de estas piezas, en las que veían un gran futuro. "Ahí surgió la idea de que estos artículos no eran relojes, sino juguetes. Comenzamos a comercializarlos en jugueterías y se produjo una explosión de ventas".
En 2003 Mattel y Disney, entre otros, se entusiasmaron con el nivel de diseño y les ofrecieron la licencia para desarrollo. "Por su sofisticación no podíamos fabricarlos acá y debimos derivar esa etapa a plantas de Asia, pero toda la idea se desarrolla acá", explicó el director general de Intek. Hoy la firma factura 15 millones de pesos al año y prevé crecer en 2009 entre un 5 y un 10 por ciento. Además, agregaron unos 2000 metros cuadrados a su planta para ubicar a todo el equipo de diseño.
Para explicar cómo es el proceso que da vida a cada uno de sus 150 juguetes, quien toma la palabra es Ronen Dzienciolski, que se apasiona con cada comentario, al tiempo que muestra maquetas, moldes, bosquejos, dibujos, carpetas, manuales y modelos terminados. "Entre 2003 y 2004 decidimos aplicar arte industrial, hacer un desarrollo morfológico y no quedarnos sólo con lo gráfico", dice. Según relata, todo el proceso de desarrollo toma entre 12 y 18 meses, ya que desde la idea hasta el modelo final hay que pasar por diferentes etapas: brainstorming , boceto, maquetado, investigación, testeo, prototipos, packaging y lanzamiento. "Trabajamos con tecnología de última generación y en breve incorporaremos un laboratorio con Cámara Gesell, para profundizar la investigación el área", agrega.
¿Cómo es el proceso que hará surgir un nuevo juguete? Todo se inicia con un dibujante a mano, luego se pasa a una computadora, se reproduce en tres dimensiones, se elaboran las maquetas de estudio (hay tres pasos de maquetado). "Y por último también diseñamos el packaging y participamos de las campañas de lanzamiento", se entusiasma Ronen.
Intek cuenta con 45 empleados, entre gráficos, diseñadores industriales, encargados de márketing y de operaciones, y prevé la contratación de otras 15 personas que engrosarán el equipo de desarrollo y diseño.
Como estos juguetes no se fabrican en el país, por cuestión de costos y tecnología, Intek importa los artículos que diseña y desarrolla, para venderlos en el mercado local. Ronen destaca que su trabajo representa el 72% del producto y que muchas veces las trabas a la importación juegan en contra, ya que se producen demoras y se entorpece la planificación.
"Trabajamos para ser protagonistas en la industria global del juguete". Cientos de relojes, muñecos robots, peinadores, autitos, rollers, anteojos y hasta una pasarela "sonora", con imágenes de Barbie, que reproduce una música especial cada vez que se desfila sobre ella, cobran vida en la planta de Intek para divertir a chicos de todo el mundo.
Por Carlos Manzoni
Fuente: La Nación