Las librerías independientes de Estados Unidos han conseguido lo que parecía impensable: su número y sus ingresos crecen año tras año, sumando, por ejemplo, un incremento del 8% en las ventas de 2012, según la American Booksellers Association. Y eso en el peor de los escenarios: la crisis económica, la competencia de Amazon y de los libros electrónicos, y la continua presencia de las grandes cadenas.
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