Mientras las entidades públicas y privadas buscan seducir al sector, el potencial es alto: hoy, sólo el 26% de las pequeñas y medianas empresas opta por hacer uso de los préstamos.
Su perfil emprendedor es el objeto de deseo del sistema financiero: hoy, generan el 40% del PBI argentino, casi la mitad del empleo total y, mañana, muchas de ellas se convertirán en las grandes compañías del país. Así lo entienden los bancos cuando examinan al sector de las pequeñas y medianas empresas (pymes). Y hacia ellas apuntan sus cañones: segmentación, líneas de crédito especiales según cada caso, soluciones de leasing, atención personalizada y cursos de capacitación son sólo algunas de las tantas tácticas actuales de las entidades para ganar más clientes.
Pese al interés manifiesto de la banca, las pymes todavía tienen un largo camino por recorrer. Una encuesta realizada en julio por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) entre 300 industrias pequeñas y medianas, reveló que el 57% de las compañías que necesita crédito lo obtiene fuera del sistema financiero en condiciones más desventajosas. Y según datos de la Fundación Observatorio Pyme, en 2014, casi una de cada cuatro firmas industriales tuvo que frenar proyectos por falta de financiamiento. Los datos de la consultora Abeceb van en la misma línea: sólo el 26% de las pequeñas y medianas empresas se financia con préstamos bancarios.
Desde la perspectiva de los bancos, la estrategia de expansión parece estar dando sus frutos: las entidades consultadas por LA NACION, tanto de la banca pública como privada, evidencian un crecimiento considerable en el segmento. En parte -reconocen- el escenario se explica por las resoluciones oficiales, como la línea de crédito a la inversión productiva, que obliga a los bancos a prestar a las pequeñas empresas a tasas subsidiadas.
"Como unidad de negocio, las pymes en el Banco Ciudad tomaron un rol preponderante y, hoy, hay una fuerte política para posicionarse como un banco de desarrollo para la pequeña y mediana empresa", dice Claudio Saffirio, gerente de Banca Mayorista de la entidad porteña, que busca duplicar su cartera pyme en apenas dos años: pasó de $ 2200 millones, en 2013, a un proyección de unos $ 4500 millones para 2015. "Con relación a la cartera general, en 2013 las pymes representaban un 13% del total mayorista y hoy están en el orden del 30%", completa el ejecutivo.
SECTOR ESTRATÉGICO
En el Banco Comafi, en tanto, definen al sector como estratégico. "El aumento de nuestros clientes pyme es lo que nos motoriza. Estamos creciendo con el segmento a tasas del 50% anual en depósitos, al 35% en préstamos e incrementamos la cantidad de clientes en un 20% anual", enumera Martín López Alduncin, gerente de Banca Pyme de la entidad comercial. Y agrega: "Tenemos 18.000 clientes, el volumen de depósitos superó los $ 1600 millones y el de activos, los $ 1500 millones".
El Banco Provincia, por su parte, históricamente estuvo vinculado al sector, pero en la actualidad transita un desempeño excepcional: en lo que va del año ya logró desembolsar préstamos por $ 23.000 millones. A la hora de explicar las causas del alza, la institución provincial coincide con sus pares en la importancia de la segmentación y de la personalización. "La clave está en ofrecerle a cada empresa un producto a la medida de su tamaño y de la actividad que desarrolla, con tasas muy competitivas, de un amplio menú de opciones destinado a satisfacer todas las necesidades financieras que presentan", dice Juan Lasala, gerente de Banca Pyme de la entidad presidida por Gustavo Marangoni.
En tanto, el ejecutivo del Ciudad, agrega: "Tenemos distintas líneas según las oportunidades de negocio que hemos ido desarrollando. Lo importante es escuchar las necesidades del cliente para detectar en qué aspecto podemos darle una solución".
Otro beneficio común de muchos bancos a sus clientes pyme es la oferta gratuita de capacitación. "En el Ciudad funciona como un valor agregado el Instituto Pyme, que, junto con universidades, coordina conferencias y capacitaciones en distintos temas", dice Saffirio. Y agrega: "La idea es tener una relación constante y directa con la empresa más allá del financiamiento".
La misma clase de servicios no financieros fomentan desde el Comafi. "Sabemos que las pymes están ávidas de adquirir conocimientos y por eso desarrollamos cursos de capacitación a nivel nacional y becas con temáticas relacionadas a adquirir mejores prácticas en su manejo diario y planificación de negocios", sostiene López Alduncin.
Pero, pesar de la expansión de clientes en el segmento, tanto especialistas como cámaras sectoriales denuncian que en el actual contexto recesivo, las pymes no cuentan con el financiamiento necesario para revertir la difícil situación que atraviesa la mayoría.
"Los empresarios pyme muestran preocupación por algunos aspectos que impactan directamente en sus negocios, como el nivel de inflación, la presión tributaria, la volatilidad del tipo de cambio y las restricciones aduaneras", sostiene Pablo Boruchowicz, socio a cargo del área de Pymes en PwC Argentina.
En lo que refiere a financiación, comparte datos elocuentes. Según lo revelado por la última encuesta a pymes de PwC, cinco de cada 10 empresarios consultados no ha accedido aún a ningún tipo de crédito, una caída notable frente al 73% de 2014. En tanto, un 28% dijo haber conseguido un préstamo bancario en 2015, que marca un ascenso del 16% del último año. Con respecto a los sobregiros, un 10% reconoció haberlos utilizado en el último relevamiento (sólo un 6% en 2014).
Entre las razones que esgrimieron aquellos que no lograron ningún tipo de financiación picaron en punta las altas tasas de interés (63%) y la complejidad de los trámites (31%), a pesar de la normativa que continúa vigente que habilita a los bancos a prestar a tasas subsidiadas. Le siguieron, en orden de importancia, las "garantías" (18%), la falta de atención personalizada, con un 15% de las consultas, y el hecho de contar con información contable incompleta por parte de la empresa (9%).
Depender de los grandes
Así, para el experto de big four, en muchos casos, las pymes son dependientes de otras grandes empresas, que cuentan con "más espaldas financieras para superar los tiempos de vacas flacas, en la medida que formen parte o no de la cadena de valor de esas empresas de mayor tamaño, y eso les da menos poder de negociación".
Desde la CAME, ante el "derrumbe visible en la competitividad", proponen un plan para recuperar a las pymes que incluye "incrementar el crédito productivo y controlar el sesgo en su asignación".
Al respecto, si bien en el sector reconocen que la iniciativa del Banco Central de la República Argentina (BCRA) efectivamente promovió una federalización del crédito, lo cierto es que muchas pequeñas y medianas empresas se quejan fuera del micrófono por no poder acceder al financiamiento oficial. Según datos de la CAME, sólo el 46% de las pymes busca financiamiento de largo plazo y apenas el 7% de ese universo accede a planes oficiales.
"Hoy, básicamente la línea oficial está muy focalizada a cumplirse con créditos hipotecarios o a empresas constructoras que trabajan con la obra pública", comentan en un banco privado. Y concluyen: "Quedan muchas pymes afuera y nosotros tenemos que buscar el negocio en función de lo que establece la comunicación del Central". Todavía queda mucho camino por recorrer. Pero el interés es claro. Los bancos están convencidos de que aunque ellas son pequeñas y medianas su negocio puede ser grande en un abrir y cerrar de fondos.
EL DEBE Y HABER DE LOS PRÉSTAMOS
Mirá toda la cobertura del encuentro "Pymes, el motor del desarrollo" organizado por LA NACIÓN.
Fuente: La Nación